Aunque la primavera y el verano son las estaciones preferidas para disfrutar del turismo rural, el invierno es una época que también ofrece ventajas interesantes. ¿Os imagináis cuáles son?
- ¿Mascotas? En temporada alta, a veces, resulta difícil encontrar un alojamiento que acepte los animales de compañía. Por ello, el invierno es un buen momento para hacer una escapada con el miembro peludo de la familia. ¡Él estará muy contento y vosotros, también!
- Cero estrés. El invierno es una época tranquila, no hay aglomeraciones de gente y la disponibilidad de los alojamientos es mayor. Por ello, es la oportunidad perfecta para hacer turismo rural y liberar toda la tensión que acumuláis día tras día.
- ¡Bendita chimenea! Cuando bajan las temperaturas no apetece hacer actividades al aire libre, pero no significa que no se puedan hacer una escapada rural. Buscad un alojamiento con chimenea y podréis disfrutar de una tarde de juegos o de una sesión de películas acurrucados cerca de la chimenea, ¿verdad que es un buen plan?
- Precios más económicos. El invierno suele ser temporada baja y los precios de los alojamientos son más accesibles. Así pues, si necesitáis hacer una pausa antes de que llegue el buen tiempo, ¡aprovechad ahora!
- Paisajes invernales. El turismo rural durante la época más fría del año os permitirá descubrir lugares que, normalmente, en verano, están abarrotados. Además, aunque no haya nieve, la mezcla de colores de los paisajes y de las puestas de sol son un verdadero espectáculo.
¿Os hemos despertado las ganas de hacer turismo rural? Los alojamientos de Masos Can Sot son petfriendly, están ubicados en una finca rodeada de bosques, dos de ellos disponen de chimenea y estamos en el corazón del Alt Empordà. ¿Qué más se puede pedir?